El pasado 13 de junio tuvo lugar en Bruselas la conferencia “EU for Talanoa” organizada por la Comisión Europea y presidida por el Comisario Europeo de Acción por el Clima y Energía, D. Miguel Arias Cañete.

Esta sesión forma parte del compromiso de la Unión Europea con el proceso internacional para el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París, articulado a través de la iniciativa conocida como el Diálogo de Talanoa.

              Y, ¿qué es el Diálogo de Talanoa?

El Acuerdo de París, que supone un hito histórico ya de sobra conocido, no fue el único resultado de la COP 21. En París se decidió, además, que era necesario convocar un diálogo facilitador entre las Partes en 2018 que sirviera para hacer un balance de los esfuerzos colectivos en relación con el avance hacia la meta a largo plazo y valiera para la elaboración de las contribuciones determinadas a nivel nacional (decisión 1 / CP.21, párrafo 20).

Este diálogo, lanzado oficialmente en la COP 23 de Bonn, bajo el nombre Diálogo de Talanoa está coordinado por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y se constituye como un proceso global de debate constructivo en el que los gobiernos y sociedad civil –empresas, ONG y organismos académicos, entre otros- pueden proponer soluciones y cuyas conclusiones serán tenidas en cuenta para el desarrollo de las negociaciones sobre cambio climático. Este mecanismo permite, de este modo, revisar la ambición y el progreso hacia los objetivos previstos.

Con estos propósitos, el evento de alto nivel interinstitucional EU for Talanoa –cuya agenda está disponible aquí-, reunió a representantes de instituciones de la UE, ciudades y regiones, la sociedad civil, el sector privado, los sindicatos y otras partes interesadas de los Estados miembros de la UE y los países de fuera de la UE. Así, pasa a formar parte de los diálogos que están teniendo lugar en la primera parte del año 2018 en todo el mundo (ver calendario) y que se centran en dar respuesta a tres preguntas: ¿dónde estamos?, ¿dónde queremos ir? y ¿cómo vamos a llegar?

Forética, como entidad de referencia en RSE y Sostenibilidad e impulsora de la principal plataforma empresarial de liderazgo en materia de cambio climático en España –el Clúster de Cambio Climático– participó en la conferencia. A continuación, presentamos algunas de las conclusiones principales, así como materiales que pueden resultar interesantes.

• La UE tiene las políticas climáticas más ambiciosas del mundo. Según Arias Cañete, de las 172 Contribuciones Determinadas Nacionales (NDC, por sus siglas en inglés), la UE es, sin duda, la más ambiciosa (compromiso de reducción de emisiones en al menos un 40% para 2030 con respecto a los niveles de 1990). Aun así, la sociedad civil demanda más ambición para conseguir cumplir los objetivos globales.
• La acción climática y el crecimiento económico van de la mano. Las últimas cifras disponibles muestran que de 1990 a 2016, la UE redujo sus emisiones en un 23%, mientras que su PIB creció en más del 50%. Los líderes de la UE han pedido a la Comisión una propuesta para una estrategia a largo plazo de la UE para reducir, aún más, las emisiones de gases de efecto invernadero, que será presentada antes de la COP24 en Katowice.
• El compromiso de la UE se traduce en la incorporación al marco legislativo de sus políticas y objetivos, habiéndose completado prácticamente el marco regulatorio previsto para 2030 que estaría ya generando los primeros resultados.
• Necesidad de acelerar los cambios. Por su parte, las entidades participantes en la conferencia coincidían en que:

1. El cambio climático no es un problema aislado, sino que es el síntoma de nuestro modelo de consumo y por tanto consideraban imprescindible aspirar al objetivo cero emisiones, incluso antes del 2050, como única forma de conseguir contener el aumento de temperatura a final de siglo en 1,5ºC, respecto a niveles preindustriales.
2. Es necesaria mayor información, conocimiento y voluntad política (incentivos y regulación) que garantice la utilización de las tecnologías más eficientes y sostenibles –que ya están desarrolladas- y que permitirían cumplir los objetivos de eficiencia y renovables a día de hoy.
3. Se hace un llamamiento a la importancia de contar con el Paris Rulebook, lo antes posible, como elemento de certidumbre para poder movilizar la financiación existente tanto del sector público como del privado.

• Transición justa. La transición a una economía baja en carbono ha de ser una transición justa para todos (países desarrollados y no desarrollados) que atienda asuntos como el trabajo decente, la seguridad, la igualdad y la justicia social, respetando los derechos humanos.
• Financiación climática. La UE mantiene el objetivo colectivo de movilizar USD 100 mil millones al año en financiación climática para 2020 y hasta 2025 para la acción climática en los países en desarrollo.

Información complementaria:

Vídeo completo de la conferencia EU for Talanoa (13 de junio de 2018)

Discurso de apertura de D. Miguel Arias Cañete, Comisario de Acción por el Clima y Energía

Según se lee en la web oficial del Diálogo de Talanoa:

Talanoa es una palabra tradicional utilizada en Fiji (país que presidió la COP 23) y en todo el Pacífico para reflejar un proceso de diálogo inclusivo, participativo y transparente. El propósito de Talanoa es compartir historias, construir empatía y tomar decisiones sabias para el bien colectivo. El proceso de Talanoa implica el intercambio de ideas, habilidades y experiencia a través de la narración de historias.

Durante el proceso, los participantes crean confianza y avanzan en el conocimiento a través de la empatía y la comprensión. Culpar a los demás y realizar observaciones críticas no es coherente con la construcción de la confianza y el respeto mutuos, y por lo tanto es inconsistente con el concepto de Talanoa.

Talanoa fomenta la estabilidad y la inclusión en el diálogo al crear un espacio seguro que abarca el respeto mutuo por una plataforma para la toma de decisiones para un bien mayor.

Desde luego, la acción climática merece ser considerada un “bien mayor” y precisa de “colaboración, empatía y toma de decisiones sabias”, para conseguir llegar –como mínimo- a cumplir los objetivos previstos en el Acuerdo de París.