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Fiscalidad responsable, la nueva tarea de las empresas

La responsabilidad social es un gran paraguas que, con el paso del tiempo, va incluyendo un mayor número de temas; al fin y al cabo, se trata de gestionar de forma responsable TODA la organización. La aparición de numerosos escándalos empresariales relacionados con estrategias fiscales, legales pero éticamente cuestionables, ha hecho de este tema una prioridad en la agenda de gobiernos, empresas y sociedad civil.

Fiscalidad corporativa responsable, un reto global

Para empezar a hablar sobre fiscalidad corporativa responsable es importante diferenciar dos conceptos básicos: evasión de impuestos, prácticas ilegales para no asumir determinadas cargas impositivas, y elusión de impuestos, prácticas legales que buscan maximizar los beneficios empresariales.

Un ejemplo muy común es la localización de la sede de empresas multinacionales en países con una menor presión fiscal. El caso de Irlanda es ampliamente conocido, donde, entre otras particularidades, tienen uno de los tipos impositivos para el impuesto de sociedades más bajos del mundo (12,5%). Es siguiente gráfico muestra el tipo impositivo del impuesto de sociedades en 2015:post-pau

El impacto que este tipo de prácticas tiene en la economía global es muy alto. La pérdida recaudatoria derivada de esta “fiscalidad poco responsable” en el impuesto de sociedades se estima entre un 4 y un 10% de su recaudación global, es decir, de 100 a 240 mil millones de dólares anuales; razón de peso para que países e instituciones multilaterales hayan comenzado a desarrollar herramientas encaminadas a evitar este tipo de prácticas.

Recientemente saltaron las alarmas al conocerse la sanción de la Comisión Europea a Apple. La tecnológica de Cupertino pagó un 1 % sobre los beneficios generados en Europa en 2003, que se redujo hasta el 0,005 % en 2014. Apple, que pretende recurrir la sentencia, se enfrenta al pago de 13.000 millones de euros de impuestos no pagados debido a la concesión de ventajas fiscales ilegales por parte de Irlanda.

Una de las iniciativas de mayor relevancia es el proyecto BEPS (Base Erosion And Profit Shifting), promovido  por el G20 y los países de la OCDE, busca luchar contra la erosión de bases imponibles, la planificación fiscal agresiva y la transferencia artificial de beneficios empresariales debidas a la existencia de lagunas y mecanismos no deseados entre los distintos sistemas impositivos nacionales de los que pueden servirse las empresas multinacionales para la elusión de impuestos.

El principal objetivo de este grupo de trabajo, formado por más de 100 países, es la renovación de los estándares fiscales internacionales, de forma que los beneficios queden gravados donde tiene lugar la actividad económica y donde se genera valor.

BEPS propone un amplio paquete de medidas voluntarias, articuladas a través de 15 acciones, que exigen una implementación coordinada, mediante legislación interna y tratados internacionales, que se verán reforzadas por un seguimiento selectivo y una mayor transparencia.

Uno de los logros destacados, que por el momento ha surgido de este proyecto vivo, es el informe “país por país». A través de este informe, las multinacionales deberán suministrar información, a la agencia tributaria correspondiente, de los impuestos que pagan en cada uno de los países en los que tienen presencia. (Para saber más, puede pinchar aquí)

La Unión Europea en marcha

La Unión Europea ya ha hecho sus deberes con una propuesta de Directiva, que será votada a finales de este año,  cuyo objetivo es mejorar la transparencia corporativa en materia fiscal, a través de la introducción de requisitos de reporting para las mayores compañías que operan en Europa.

Aquellas multinacionales residentes en la UE con una cifra de negocios superior a 750 millones y que tengan la condición de dominantes en un grupo estarán obligadas a suministrar información –correspondiente al año fiscal 2016- a su agencia tributaria sobre donde se generan sus beneficios y los impuestos que pagan «país por país». Las mismas reglas serán de aplicación a aquellas multinacionales no europeas que hagan negocios en Europa.

En la siguiente infografía se puede apreciar el business case de la transparencia fiscal corporativa para la UE, los cambios que supondrá el reporting país a país y cómo se pondrá en práctica.

Este trabajo de la UE por mejorar la responsabilidad social de las empresas se une a otros recientes, como el reporting obligatorio de información no financiera y diversidad que más de 6.000 empresas europeas estarán obligadas a realizar a partir de 2016. En el siguiente post de Forética podrás informarte con más detalle de este nuevo requisito.

En este contexto, Forética ha creado el Clúster de Transparencia, Buen Gobierno e Integridad con el objetivo de servir de punto de encuentro para grandes empresas españolas, en el que puedan generar conocimiento, trasladar tendencias, colaborar con administraciones públicas y líderes de opinión, y desarrollar una posición de liderazgo en esta materia.

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