Los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre Empresa y Derechos Humanos, aprobados ya en 2011, han venido a aclarar, en gran medida, el papel que deben desempeñar las empresas en el respeto y protección de los Derechos Humanos en el marco de sus operaciones, especialmente los pilares II, respetar, y III, remediar.

Se trata de una declaración global (aprobada por unanimidad en el seno de Naciones Unidas) de gran relevancia que, aun no teniendo carácter obligatorio, muchos de los actores multilaterales, como la Unión Europea, han convertido en el estándar mínimo exigible a sus actores y empresas.

Desde 2011, las empresas han comenzado a moverse y a integrar este esquema en su estrategia corporativa. Las organizaciones con mayor exposición a los riesgos en materia de Derechos Humanos tienen, con frecuencia, modelos ya muy avanzados de control, minimización y -en su caso- reparación de impactos negativos.

A pesar de ello, todavía hay un gran número de empresas que todavía necesita trabajar estos aspectos más profundamente, en especial las de menor tamaño. A esto no ayuda, por ejemplo, el que en España no contemos todavía con un Plan Nacional de Empresa y Derechos Humanos, como sí lo tienen otros países europeos.

Afortunadamente es un tema que sigue captando la atención de otros actores relevantes y ocupando cada vez más espacio en las agendas corporativas de las empresas (incluidas las pymes con mayor actividad internacional). Para ayudar a las empresas en la integración de los derechos humanos como elemento fundamental en su cadena de proveedores, Forética colabora desde 2016 con FTA, la mayor asociación de empresas importadoras en el mercado europeo, que promueve responsabilidad social en la cadena de suministro a través de su iniciativa BSCI (Business Social Compliance Initiative).

Especialmente interesante me ha parecido un artículo, recientemente publicado por RobecoSAM, una de las firmas de inversión especialista en ISR (Inversión Socialmente Reponsable) de referencia, en el que analiza el status quo de la situación, y cómo están adaptándose las empresas que entran dentro de su universo de inversión.

El informe realiza primeramente un repaso sobre el marco normativo institucional a nivel global, no sólo citando los Principios Rectores, sino otros modelos como la Declaración de la OIT o la UK Modern Slavery Act, una de las normas nacionales pioneras en este tema.

A continuación, presenta el Business Case de la incorporación de la gestión de los impactos de la actividad corporativa en los Derechos Humanos. No sólo como un elemento necesario de justicia global, sino también como gestión de riesgos y como elemento de creación de valor y competitividad para la organización.

Seguidamente, el artículo expone el esquema de análisis que utiliza RobecoSam a la hora de examinar los modelos de las distintas compañías objeto de su inversión.  El esquema lo dividen en 3 grandes áreas, que coinciden con las áreas de mayor representatividad:

• Compromiso
• Debida diligencia y evaluación
• Transparencia y rendición de cuentas

Además muestra los resultados globales de su análisis en 2016, evidenciando como Europa, y en particular las empresas españolas, son líderes a nivel mundial en la integración de los Derechos Humanos en la estrategia empresarial, muy por delante de otras regiones.

También señala que el sector de utilities (energía, gas, electricidad,…) es el que lidera la implantación, con una puntuación muy por encima de la media (66 frente a 60 de los 100 posibles)

Finalmente, acaba con una serie de conclusiones y previsiones, llamando a la acción a las empresas con el objetivo de incorporar modelos más avanzados y preparados, donde los procesos de debida diligencia y evaluación de impactos funcionen mejor y sobre todo, sean más transparentes y capaces de rendir cuentas.

Desde Forética, recientemente, hemos colaborado con CSR Europe en la publicación Blueprint For Embedding Human Rights in Key Company Functions que trata, precisamente, de trabajar en estas áreas y ayudar a las organizaciones a mejorar, desde el convencimiento que el éxito sólo se alcanzará a través de la involucración de los agentes clave dentro de la organización.

Podéis leer el artículo completo de RobecoSAM aquí