Gracias al “Power to gas”, un proceso que transforma el excedente eléctrico de las renovables en gas sintético, estas compañías quieren revolucionar en unos años el panorama energético español. Lograr una fuente de energía limpia y asequible es un reto al que muchas compañías del sector buscan fervientemente solución. También algunas se plantean la manera de que, además, ésta sea compatible con las infraestructuras con las que ya se cuenta a fin de aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Con este objetivo, en 2014, grandes empresas como Enagás, Abengoa, FCC o Gas Natural pusieron su atención hacia los procesos “power to gas”, que estaban empezando a revolucionar, aunque a pequeña escala, el panorama energético español. Esta novedosa tecnología permite conseguir gas sintético no contaminante, equiparable en casi todos los aspectos al gas natual convencional. Entre sus ingredientes se incluyen el CO2 procedente de otras emisiones, el hidrógeno y el excedente eléctrico que arrojan las renovables (un gas que de otra manera no se utilizaría).
Origen del proyecto
El origen de este proyecto surge en 2014 tras una reunión entre el Centro Nacional del Hidrógeno (CNH2) y Enagás para analizar las posibles sinergias que podrían surgir entre ambos en I+D+i. Viendo la evolución que en Europa tenía la tecnología y teniendo en cuenta la ausencia en ese momento de iniciativas de esas características en España, decidieron importarla a nuestro país. Así nace el “Proceso para la generación de gas natural renovable o RENOVAGAS”, un proyecto para el que se buscó la colaboración de otras entidades españolas especialistas en cada uno de los aspectos a desarrollar.
Finalmente el consorcio quedó formado por Enagás, CNH2, Abengoa Hidrógeno, FCC Aqualia, Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP-CSIC), Gas Natural Fenosa y la Fundación Tecnalia Innovation Research. La iniciativa cuenta con el respaldo económico del Ministerio de Economía y Competitividad a través del programa Retos-Colaboración.
El objetivo de esta iniciativa es producir gas sintético a precios competitivos, para lo que, según Enagás, está prevista la optimización de los equipos. Además, España cuenta con varios requisitos clave para que esta iniciativa pueda triunfar en el futuro.
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