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Empresas, Administraciones Públicas y sociedad unidas para que los jóvenes afronten los retos del futuro

¿Cómo de preparados están los jóvenes para enfrentarse a las demandas de la sociedad actual?. Recientemente se han dado a conocer los resultados del informe PISA 2015, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos que, cada tres años, lanza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El objetivo de este estudio es precisamente éste, saber cómo de preparados están los alumnos de 15 años de 72 países para su participación en la sociedad actual, evaluando sus conocimientos y habilidades. Los resultados de este informe facilitan a los responsables políticos de los diferentes países entender mejor cuáles son los desafíos y las fortalezas de sus sistemas educativos, permitiéndose así establecer planes de acción.

Aunque las habilidades evaluadas son siempre la lectura, las matemáticas y las ciencias, este año estas últimas han sido el foco principal del estudio. Los motivos para establecer esta disciplina como clave son claros: los conocimientos científicos serán cada vez más necesarios para resolver complejos problemas sociales y medioambientales y, por tanto, más demandados en el mercado laboral de los próximos años. No se trata únicamente de resolver integrales o de hacer experimentos en placas de Petri, los jóvenes y futuros profesionales de nuestras organizaciones y empresas tienen que tener pensamiento crítico, ser capaces de analizar información y sacar conclusiones y proponer nuevas formas de enfrentarnos a los retos del s. XXI.

Entre las conclusiones del estudio PISA se encuentran dos realidades sobre las que las empresas y organizaciones pueden hacer mucho. Por un lado, el desinterés por parte de los jóvenes en dedicarse a profesiones vinculadas a la ciencia (sólo un 25% de ellos), especialmente entre las chicas. Y, por otro lado, el apoyo esencial que necesitan los estudiantes más desfavorecidos para alcanzar, al menos, el nivel de competencias básicas necesarias para su incorporación al mundo del laboral.

El panorama  de nuestro país es mucho menos positivo de lo que nos gustaría. Casi el 50% de los jóvenes menores de 25 años no tienen un empleo, hay una tendencia a la baja en las matriculaciones en carreras científicas y técnicas en las universidades, además de los resultados anteriormente comentados. Pero también hay margen para el optimismo, ya que la demanda de profesionales vinculados a STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) se calcula crecerá en torno a un 14% hasta 2020. Se estima, además, que casi dos millones de puestos de trabajo quedarán vacantes en España para ese año por falta de profesionales cualificados.

Estos grandes retos del sistema educativo, que influyen indiscutiblemente a quienes componen el mercado laboral, requieren medidas que, lejos de basarse en la involucración únicamente de las administraciones públicas, impliquen una colaboración entre agentes complementarios de la sociedad: empresas, centros y redes educativas, asociaciones y ONGs.

Desde Forética, venimos poniendo en valor, desde hace más de cinco años  a través del proyecto Enterprise 2020, iniciativas colaborativas entre diferentes grupos de interés en el ámbito de las “Habilidades para el Empleo”, en las que las empresas tienen un papel esencial. Iniciativas de mejora de la empleabilidad o promoción de la inclusión social, prácticas en empresa, programas de emprendimiento o desarrollo de competencias a través de programas STEM, son algunos de los tipos de proyectos seleccionados y presentados el pasado día 4 de noviembre. El Pacto Europeo por la Juventud, liderado por CSR Europe y que cuenta en España con diez empresas firmantes busca, adicionalmente, el compromiso y acción del ámbito empresarial y de los actores sociales, con el objetivo de lograr colaboraciones empresa-educación para contribuir a la empleabilidad, la inclusión social o el fomento de competencias, específicamente entre el público joven.

De hecho, la educación y formación profesional (EFP), en muchos casos desprestigiada en España, ha sido la temática clave de esta pasada semana a nivel europeo (la European Vocational Skills Week), al identificarse como una herramienta útil para formar profesionales formados, no solo en la teoría sino también en los aspectos prácticos. Un primer contacto de los alumnos con las empresas, como el que permitimos desde Forética a través de Deploy your Talents, especialmente aquellas vinculadas más íntimamente al ámbito STEM, es clave para que estos conozcan diferentes perfiles profesionales presentes en una empresa, las competencias que estas están demandando y experimenten, de manera cercana, la realidad del mercado laboral a día de hoy.

Como vemos, los desafíos educativos y laborales a los que la sociedad española se enfrenta están claramente interrelacionados. Las Administraciones Públicas, junto con el apoyo de empresas y todo tipo de organizaciones tienen en su mano la oportunidad, no sólo de mejorar el rendimiento de las próximas generaciones, sino de hacer de ellas las más preparadas para afrontar los futuros retos de la sostenibilidad.

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