Alianzas con impacto

La Fundación Tomillo nace en 1984 de la mano de dos amigos, empresarios, con ganas de contribuir a la mejora de la sociedad e impulsar el empleo juvenil en los barrios más desfavorecidos del Sur de Madrid. Llamaron al proyecto Tomillo por las cualidades de esta planta: resistente, sencilla y curativa. 

El impulso emprendedor de Tomillo atrajo y sigue atrayendo colaboraciones con entidades públicas, también con empresas y voluntariado con una fuerte vocación social. De este modo, y sostenidos por nuestra creencia en el potencial de la persona y su poder transformador, trabajamos para que cada joven tenga la oportunidad de ser su mejor versión, impulsando su crecimiento y empleabilidad. Los distritos donde trabajamos (Usera, Villaverde y Carabanchel) concentran el 56.1% del desempleo juvenil de la capital.  

La realidad muestra una fuerte interrelación entre formación, empleo y pobreza.  Solo a través de las alianzas se pueden ofrecer oportunidades que verdaderamente cambien sus vidas. Alianzas como la que tenemos con Alsea, con quienes colaboramos desde 2011. 

La Fundación Alsea en España tiene el propósito de acompañar y fortalecer a comunidades en situación de vulnerabilidad mediante iniciativas de impacto social sostenible. Su misión se articula en torno a tres ejes de actuación —formación y empleabilidad, nutrición y bienestar y gestión del excedente alimentario— a los que se suma una línea clave de respuesta ante emergencias, destinada a activar apoyos directos, protocolos de actuación y fondos específicos para colaboradores y comunidades afectadas. 

Dentro del eje ‘Formación y Empleabilidad’, el programa “Camino al Empleo” de Fundación Alsea se centra en facilitar el acceso a un trabajo digno mediante procesos de formación y acompañamiento personalizados, impulsando la inclusión de colectivos en situación de vulnerabilidad, como personas con discapacidad, mayores de 55 años, personas refugiadas y quienes afrontan dificultades económicas. A través de una formación adaptada a las necesidades reales del mercado laboral, el programa también promueve el empleo juvenil y las primeras experiencias profesionales, contribuyendo así a generar oportunidades equitativas y sostenibles para todas las personas.

En este marco se han establecido diferentes líneas de colaboración entre Fundación Tomillo y Alsea que impactan positivamente en el alumnado de hostelería de Formación Profesional y diversos cursos de Formación para el Empleo que combinan formación especializada y orientación sociolaboral: 

  • Mejora de las instalaciones y donaciones de material para nuestro centro formativo de hostelería en el Campus de Carabanchel. 
  • Participación de voluntariado corporativo de las marcas de Alsea en:
    • Masterclass de cultura del café, empatía en relación con el cliente, prevención de riesgos laborales, cómo establecer precios y márgenes … 
    • Jurado en actividades de final de curso como los concursos (ej de corte de jamón) y donaciones de premios para sus ganadores.  
    • Visitas a cocinas y salas de diversos establecimientos, conociendo sus rutinas y protocolos, así como las historias de vida y carreras profesionales de quienes trabajan en ellos, lo que resulta altamente motivador para los y las jóvenes.
    • Simulaciones de procesos de selección, entrenando al alumnado para superar dinámicas y entrevistas de trabajo en el momento en el que se enfrenten a la búsqueda de empleo.  
    • Oferta de prácticas tutorizadas en establecimientos de las distintas marcas de Alsea, acercándose de este modo a la cultura de la empresa, tareas y responsabilidades de puestos de sala y cocina.  
    • Oportunidades de empleo real en sus establecimientos de restauración, de acuerdo con las necesidades de cada joven, sus intereses y condicionantes.  

De este modo se reduce la brecha entre las competencias (técnicas y personales) que demandan las empresas y las que aportan las formaciones tradicionales. Se prepara al alumnado no solo para la actividad en un campo profesional con alta demanda como es el de la hostelería, sino que se facilita su adaptación a distintos puestos de trabajo y a las modificaciones que puedan producirse en los mismos (irrupción de nuevos procesos de trabajo, tecnologías, etc.).  

La incorporación al empleo no solo permite la autonomía económica de estos jóvenes, sino que refuerza su autoestima, su participación en la comunidad y la sensación de pertenecía.  Y es que es importante señalar que un/a joven es empleable si, además de conseguir un trabajo, es capaz de aprender y progresar en el mismo, mostrarse dispuesto al cambio y poseer la flexibilidad suficiente para adaptarse a distintas situaciones del mercado laboral y a sus diferentes etapas vitales.

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