Gestionar mejor el agua para reducir la huella

Las sequías son un fenómeno habitual en la Península Ibérica; sin embargo, los periodos secos serán cada vez más largos e intensos, como ya está ocurriendo. En 2024, se experimentaron sequías prolongadas en varios países mediterráneos, que afectaron especialmente al centro y al sur de Italia, al noroeste de España y a Grecia. A ellas siguieron graves inundaciones que afectaron a la mayor parte de Europa central y oriental y, posteriormente, también a Italia y España.La cuestión del agua afecta no solo a la sequía sino, más en general, a la gestión sostenible de este recurso. En la Directiva marco sobre el agua («DMA») de la UE2 y en la Directiva sobre inundaciones3 ocupa un lugar central en la respuesta a la triple crisis del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Y desempeña un papel fundamental en el refuerzo de la resiliencia de la UE.

La huella hídrica es un indicador ambiental que mide el volumen total de agua dulce utilizada para producir bienes o servicios. El concepto surge de la necesidad de disponer de un indicador basado en el consumo real de agua dulce de un producto o proceso, y se basa en un enfoque volumétrico: litros totales de agua consumida en la actividad de la empresa. 

A diferencia de otras métricas ambientales, ofrece una visión detallada del impacto del agua en todas las fases de producción y uso de bienes y servicios. Este análisis es fundamental para implementar mejoras en la gestión del agua y reducir su consumo en las diferentes industrias.

Ventajas de reducirla

Entre los beneficios de reducir el consumo se encuentran una mayor eficiencia en uso del agua, lo que no solo reduce el impacto ambiental generado por una organización, sino que también mejora su eficiencia operativa.

Por otro lado, su seguimiento le permite alinearse con regulaciones internacionales sobre gestión del agua, contribuyendo a una industria más sostenible. 

Además, la aplicación de buenas prácticas puede disminuir los costes asociados al consumo y tratamiento del agua, generando beneficios económicos y ambientales.

Una gestión correcta

El cálculo de la huella hídrica está siendo ya empleado como herramienta de concienciación sobre el uso de agua real que hay detrás de la actividad de las empresas, y como sistema de evaluación y gestión de este recurso. 

Los cálculos se realizan a partir de de los criterios de The Water Footprint Assessment Manual, que establece a escala internacional el cálculo de la Huella hídrica difundido por la Water Footprint Network (WFN).

Según esta organización, la huella hídrica se puede dividir en tres tipos de indicadores en función de su procedencia: azul (agua dulce que se incorpora durante el proceso de producción o servicio y que es devuelta a una cuenca o al mar); gris (que asimila la carga de contaminantes vertidos en un proceso hasta lograr la óptima calidad); y verde (de lluvia).

Nuestro caso

En particular, dada la actividad de LoxamHune, el alquiler de maquinaria y equipos para distintos sectores, medimos la huella hídrica directa de la actividad realizada o Huella hídrica Azul, tomando como unidad funcional los m3 agua/número de máquinas lavadas. 

Adicionalmente, hemos puesto en práctica medidas destinadas a lograr un mayor uso eficiente del recurso hídrico. Entre ellas se incluye la instalación de contadores; un nuevo procedimiento de lavado de maquinaria; el manual para delegaciones con más estrés hídrico; así como formación en uso y gestión del agua.

Tras medir y analizar nuestro impacto hídrico, nos ha sido otorgada la ISO 14046.

La ISO 14046 es una norma internacional que establece directrices para evaluar la huella del agua de productos, procesos y organizaciones. Esta certificación permite identificar el impacto ambiental relacionado con el uso del agua y aplicar mejoras sostenibles en su gestión.

Esta certificación ha sido otorgada por AENOR, tras auditar nuestro sistema de gestión y verificar que cumplimos con los requisitos para cuantificar, monitorear y reducir nuestro impacto hídrico.

Tal y como señala Forética en su informe titulado “La circularidad del agua: ¿oportunidad o imperativo?” (Junio, 2025), la empresa debe asumir la gestión del agua como un vector estratégico de resiliencia y oportunidad: solo integrando racionalización, optimización y disponibilidad del recurso podrá afrontar el riesgo hídrico, contribuir a la transición hacia la economía circular y asegurar tanto su viabilidad operativa como su aportación al desarrollo sostenible.

Medir la huella hídrica es solo el principio. En LoxamHune actuamos para reducirla, porque gestionar mejor el agua es cuidar del futuro. Cada gota cuenta.


Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas (DO L 327 de 22.12.2000, p. 1). 

3 Directiva 2007/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2007, relativa a la evaluación y gestión de los riesgos de inundación (DO L 288 de 6.11.2007, p. 27).

Autor

Artículos relacionados