Después de los suicidios y los accidentes de tráfico, los accidentes de trabajo son la tercera causa de muerte no natural, aunque afectan a un porcentaje de la población mucho más pequeño.
Según los datos provisionales de fallecidos por siniestros laborales durante el ejercicio pasado publicados por el Ministerio de Trabajo, el índice de accidentes descendió respecto al año pasado, registrando un 17% menos que en 2022.
Pero el aumento de víctimas mortales no deja de crecer. Desde la aprobación de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, más de 30.000 personas han perdido la vida debido a siniestros laborales en España: hasta 2023 la autoridad laboral ha registrado un total de 31.429 fallecidos.
Coste de más de 15.000 millones en 2023
Los datos sobre accidentabilidad y enfermedad laboral del año 2023 reflejan una realidad alarmante en el ámbito de la seguridad y salud laboral en España. Un estudio realizado por la Mutua Universal reveló que el coste promedio de un accidente laboral en 2011 era de 24.592 euros por incidente. Si extrapolamos este dato al año 2023, el costo total de los accidentes laborales asciende a la impactante cifra de 15,3 mil millones de euros.
Informes como el realizado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) en 2007 identificaron una serie de factores que contribuyen a la accidentabilidad laboral, incluida la organización del trabajo, las condiciones laborales precarias y la falta de formación en seguridad. Tras más de 15 años, la problemática persiste.
Medidas concretas en construcción
La construcción es el segundo sector más peligroso y dónde más personas fallecen, proporcionalmente, cada año. Según los datos de 2023, un peón de obra tiene cinco veces más posibilidades de morir en el trabajo que un empleado del sector servicios. Y más del 90% de los fallecidos en los sectores primario y secundario son hombres.
Como empresarios, nuestra prioridad es garantizar la seguridad, como decimos nosotros, “en cualquier momento, en cualquier lugar”. Esto incluye la integridad física de las personas; hacer del trabajo un lugar óptimo; amortiguar el impacto de agentes externos y reflejar el cambio de tendencia de la empresa.
La adopción de medidas preventivas adecuadas, incluyendo la formación, el mantenimiento de equipos, la supervisión efectiva y el enfoque en la seguridad en todas las etapas del proyecto, es fundamental para reducir el riesgo de accidentes y proteger la vida y la salud de los trabajadores en la industria de la construcción.
En cuanto a las herramientas de trabajo, recomienda usar solo las que están homologadas, hacerlo correctamente siguiendo las instrucciones y mediante un curso de formación, y con un mantenimiento, organización y transporte adecuados.
Recordamos también las normas a seguir en las instalaciones, como respetar el orden y la limpieza; vigilar su correcto mantenimiento; señalizar las áreas de trabajo y en especial las zonas con riesgo alto de accidentes; y mantenerlas en las condiciones adecuadas de temperatura, ventilación o luz.
Otro aspecto importante es la utilización de los equipos de protección individual o EPIs, que deben usarse correctamente y adaptados a cada actividad, así como someterse a revisiones periódicas.
Una de las causas más comunes de accidentes en la construcción son las caídas desde altura; los trabajadores a menudo operan en andamios, escaleras, plataformas y techos, lo que los expone al riesgo constante de caídas.
La falta de barandillas, dispositivos de seguridad o una capacitación inadecuada pueden aumentar significativamente el peligro. Para prevenir estos accidentes, es esencial proporcionar un equipo de protección personal adecuado, como arneses y cascos, y garantizar que se sigan las mejores prácticas de seguridad en trabajos en altura.
Sistemas de última generación como el HARNESS ON impiden el funcionamiento de la Plataforma Elevadora Móvil de Personal (PEMP) hasta que el trabajador esté conectado con un elemento de amarre a dicho dispositivo. De este modo, el sistema protege al usuario frente a uno de los accidentes más frecuentes y con peores índices de mortalidad: las caídas a distinto nivel.
Todos y cada uno de los empleados son embajadores de la seguridad, y el ambicioso reto común es llegar a cero accidentes. Desde aquí insistimos, pues, en desarrollar formación, herramientas e instalaciones para contribuir a un entorno laboral cada vez más seguro.