Permacrisis ha sido elegida en el Reino Unido como “palabra del año” por el diccionario Collins. Se define como un periodo largo de inestabilidad e inseguridad como consecuencia de eventos catastróficos. Entre dichos eventos se señala la pandemia, las consecuencias de la invasión de Ucrania, la inflación con su traslación notoria en el coste de la vida o las consecuencias del cambio climático. El término añade un matiz muy relevante, ya que incorpora la idea que, ante la magnitud y sucesión de eventos dañinos, la sociedad se acaba paralizando.
Forética acaba de presentar las cinco tendencias ESG que marcarán la agenda en 2023. Una reflexión construida por el equipo basada, por un lado, en su trabajo continuo y diario con los profesionales de más de 200 empresas y nuestros principales aliados internacionales. Además, se ha añadido al análisis la revisión de los informes internacionales más actuales en materia de evolución de la sostenibilidad corporativa. ¿La principal conclusión? Es el momento de la acelerar la acción empresarial, no de la parálisis.
Las cinco tendencias ESG que presentamos en el informe de este año son las siguientes:
- El momento de la verdad: Desde un punto de vista macro, la agenda de la sostenibilidad ha venido gozando de un amplio consenso durante la última década. Sin embargo, distintas crisis solapadas de carácter económico, geopolítico y social, han mostrado puntos débiles en la orientación y velocidad de ciertas políticas erosionado la convicción de algunos colectivos, que llegan a cuestionar la vigencia del impulso hacia la sostenibilidad. Pese a este escenario complejo, la sostenibilidad sigue siendo la mejor solución para abordar los grandes retos sociales y políticos para generar un modelo de prosperidad y bienestar para los 8.000 millones de habitantes del globo, dentro de los límites de nuestro planeta.
- La sostenibilidad se consolida en la mente del CEO: Las políticas ESG pasan a ser un aliado fundamental para enfrentarse a los retos del negocio. Los CEO encuentran en la sostenibilidad una fuente importante de soluciones a los retos que amenazan la rentabilidad del negocio.
- No hay Net-Zero sin Nature Positive: El cambio climático ha sido el foco principal de atención y acción por parte de gobiernos y sector privado en materia ambiental durante la última década. Sin embargo, la crisis relativa a la pérdida de biodiversidad y degradación de los sistemas naturales, que puede comprometer el 50% del PIB a nivel global, ha propiciado un cambio del sistema de referencia en base al cual se determinan los retos y las oportunidades. El Acuerdo de Kunming-Montreal alcanzado en la COP 15 es un claro reflejo de ello. La naturaleza -que incluye biodiversidad, agua dulce, tierra, océanos y atmósfera- se posiciona en el centro de las estrategias, planteando la necesidad de un abordaje integral y coordinado para alcanzar el éxito.
- Impacto social como clave para un entorno turbulento: A nivel interno, se reforzará el papel de la sostenibilidad a la hora de atraer, retener y desarrollar el talento. También se acelera la adaptación de las organizaciones a los nuevos modelos de trabajo derivados de la pandemia, el impacto de la transformación digital o la transición verde. Desde una perspectiva macro, cobran importancia las brechas de transición. Las organizaciones comenzarán a desarrollar estrategias cada vez más complejas de impacto en la sociedad y afrontar su responsabilidad ampliada en la cadena de valor o ante la creciente crisis de desigualdad. Este fenómeno conllevará un aumento del riesgo de polarización.
- Las cadenas de suministro y la adaptación a nuevos marcos de reporte centrarán la gobernanza de la sostenibilidad: Dos décadas de integración de aspectos de sostenibilidad en las compañías líderes han resultado en una mejora sustancial de los niveles de desempeño y reporte ambiental, social y de gobernanza. En este punto, el área con mayor margen de mejora desde la perspectiva de la gobernanza pasa por elevar los estándares ESG en las cadenas de suministro. Desde el punto de vista ambiental, la gestión del Scope 3 supone, con diferencia, el mayor escollo para el cumplimiento de los objetivos net-zero en la mayoría de las compañías. Una nueva generación de regulaciones en materia de debida diligencia, con un fuerte foco en los derechos humanos, convierte a la cadena de suministro en una fuente de riesgos reputacionales y de cumplimiento. Nuevos estándares obligatorios seguirán exigiendo una adaptación continua de los marcos de reporte, donde la calidad del dato se vuelve un asunto principal.
Cada una de estas tendencias tiene sus implicaciones y todas están vinculadas. No nos podemos acercar a la sostenibilidad desde una mirada parcial. Sería como tratar de interpretar un cuadro impresionista mirándolo muy cerca, solo veríamos una pincelada. En 2023 celebramos precisamente el centenario de la muerte de uno de nuestros grandes pintores, el valenciano Joaquín Sorolla, que falleció el 10 de agosto de 1923 en su casa de Cercedilla (Madrid). Para disfrutar y entender su pintura necesitamos tomar perspectiva para ver todo el conjunto y disfrutar de su domino de la luz mediterránea.
De la misma forma, en este inicio de 2023, esperamos sirvan estas tendencias para inspirar y tomar perspectiva para entender la visión de conjunto de la agenda ESG para este año y arrojar luz a los retos y oportunidades en materia de sostenibilidad. Un año en que la sostenibilidad será protagonista en la agenda empresarial y se consolida como la gran oportunidad de alinear la actividad empresarial con la respuesta a los retos sociales y ambientales.
*Artículo original publicado en Diario Responsable el 27 de enero de 2023: https://diarioresponsable.com/opinion/34515-las-cinco-tendencias-esg-en-2023