El pasado 26 de septiembre de 2019 en el Sustainability & CSR Spain pudimos compartir, de la mano de profesionales de empresas líderes en sostenibilidad, algunos de los retos y las soluciones que, desde el sector privado, se están llevando a cabo en lo que respecta a los principales asuntos ambientales. El mensaje es rotundo: las empresas no pueden ser vistas solo como parte del problema, sino que son parte de la solución. Y ahí está la clave.

Hablar de medio ambiente con las empresas no se limita a analizar los elementos de gestión interna o sus colaboraciones con organizaciones especializadas en el cuidado de la naturaleza. Hoy en día, el medio ambiente está en el enfoque de negocio. Y es que, no podemos hablar de desarrollo de negocio, de nuevas estrategias corporativas, sin hablar de medio ambiente.

El sector privado ha dado un paso más en su camino de no retorno hacia la incorporación de los asuntos ambientales en su agenda estratégica.

Son muchas las razones por las que hemos llegado al lugar en el que nos encontramos: los compromisos globales adoptados por los países, la comprensión de la magnitud de los riesgos ambientales para el desarrollo económico, el creciente interés de la comunidad inversora, la toma de conciencia por parte de los órganos de gobierno de las empresas y, por último, pero desde luego no menos importante, el trabajo de los profesionales del medio ambiente.

Sin embargo, en este avance de las empresas, nos topamos con una realidad más exigente aún: la sostenibilidad ambiental no solo demanda toma de conciencia, compromisos y acción, requiere transformación. TRANSFORMACIÓN con mayúsculas.

Necesitamos resultados diferentes ya que la realidad demuestra que no estamos bien encaminados hacia el cumplimiento del Acuerdo de París o de la Agenda 2030. Desde luego, no llegaremos nunca a los objetivos si no desechamos ya el business as usual. Pero, como dice Naciones Unidas en el eslogan de la última Cumbre de Acción Climática, es «una carrera que podemos ganar» y no solo eso, es una carrera que muchos debemos y queremos ganar.

Para ello, desde Forética animamos al sector empresarial a seguir trabajando en tres tipos de transformación (mutuamente complementarias y relacionadas):

1. La DESCARBONIZACIÓN DE LA ECONOMÍA. Son muchas las empresas que ya están trabajando en esta línea y que ya cuentan con fechas objetivo para ser carbón neutral. Esta transformación de los modelos de negocio es precisamente el tema central del Clúster de Cambio Climático en el que venimos colaborando con el sector empresarial. En él, trabajamos desde el año 2015 en el conocimiento de las herramientas, metodologías y dinámicas clave para facilitar y acelerar esta transformación. Y es lo que hay que hacer. Prueba de ello es el firme compromiso de la Comisión Europea que a través del European Green Deal está determinada a hacer de Europa el primer continente neutro en carbono en 2050.

2. La TRANSICIÓN DE UNA ECONOMÍA LINEAL A UNA ECONOMÍA CIRCULAR. Con nuestro modelo de producción y consumo actual, cada año nos superamos: este año consumiremos recursos equivalentes a 1,75 planetas. Desde luego, no suena sostenible, ni si quiera inteligente. Pasar de una economía lineal a una economía circular, es una oportunidad para los negocios tal y como estamos analizando en el Grupo de Acción de Economía Circular. Es una transformación no solo favorable para el planeta, sino que además es rentable. Y es que necesitamos la naturaleza. La propia Agenda 2030 reconoce que «el desarrollo social y económico depende de la gestión sostenible de los recursos naturales» y la consecución de los ODS pasa por garantizar aquellos de índole ambiental. Es por ello que también desde Forética nos sumamos a la iniciativa recientemente lanzada Business for Nature y suscribimos la Declaración de Lisboa que pretende movilizar para conseguir un acuerdo global para la naturaleza de cara a la próxima COP 15 de Diversidad Biológica que tendrá lugar en China en octubre de 2020.

3. La TRANSFORMACIÓN DEL MODELO DE CIUDAD. Las ciudades actualmente son responsables del 80% del consumo de energía, 65% del consumo de recursos naturales y 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero y la previsión es que la población que se concentra en los entornos urbanos pase del 50% actual al 70% en 2050.Con estos datos, parece claro entender lo que nos dicen los expertos: «La batalla por la sostenibilidad se ganará o se perderá en las ciudades». Son de sobra conocidos los retos que tienen las ciudades y para muchos de ellos el sector empresarial tiene soluciones que ofrecer en términos de investigación, tecnología, productos y servicios. ¿El objetivo? Convertir los entornos urbanos en lugares en los que queramos vivir: saludables, seguros, inclusivos, resilientes y, por tanto, sostenibles. Y para ello, se requiere una gran coordinación y colaboración entre sector público y privado, así como de la ciudadanía.

En esta carrera de la transformación, sabemos dónde está la meta, conocemos el camino a seguir y estamos equipados. Tenemos el conocimiento, la tecnología y los recursos. Solo queda perseverar en el cambio individual, como personas u organizaciones, para lograr el gran cambio, sin olvidar que hemos de ser ambiciosos (siempre hay una manera mejor de hacer las cosas, solo hay que encontrarla) y sumar esfuerzos para conseguir el éxito.