El “séptimo continente”, así le llaman algunos al basurero flotante instalado en el Pacífico. Un nuevo continente poblado de habitantes creados únicamente por el hombre: los residuos plásticos.
La incómoda realidad para nuestro planeta es que producimos veinte veces más plásticos que en la década de los 60, pasando de 15 millones de toneladas en 1964 a 322 millones de toneladas en 2015(Comisión Europea, World Economic Forum), de los cuales el 26% son utilizados para envases. De éstos, un 32% se escapan de los sistemas de recolección y reciclaje, generando un impacto negativo en los ecosistemas naturales, entre otros.
Lejos de reducirse, se espera que esta cifra se multiplique por dos en los próximos veinte años, si tenemos en cuenta que en 2050 se proyecta que haya más de 9.500 millones de personas en 2050, de los cuales 3.000 millones serán clase media, que seguirá consumiendo y generando residuos a una velocidad poco deseada para la sostenibilidad del planeta.
Residuos Plásticos
En Europa, la producción de plásticos en 2015 ascendió a 49 millones de toneladas, de las cuales el 39,9% fueron utilizados para envases (el 19,7% en edificios y el sector de la construcción, el 8,9% en el sector de la automoción y el 5,8% en los aparatos electrónicos). De la producción global, alrededor de 25,8 millones de toneladas se convirtieron en residuos, y menos del 30% fueron reciclados.
Hagamos un zoom de lo que esto implica para nuestros mares y océanos: a nivel global, entre 5 y 13 millones de toneladas de plásticos (1,5-4% de la producción global de plásticos) terminan en los océanos cada año. En Europa, esta cifra es de entre 150.000 y 500.000 toneladas anuales que, si bien no es tan representativo de la cantidad global, si impacta en zonas marinas vulnerables, como el mar Mediterráneo y en Océano Ártico Según el WEF, si consideramos el escenario “Business As Usual”, se espera que en el 2050 haya más plásticos que peces (en peso).
Y entre los sospechosos habituales del mundo de los residuos plásticos, como botellas, bolsas, entre otros, aparecen otros que no lo son tanto, como los bastoncillos de las orejas, que hicieron confundirse a un caballito de mar indonesio con un objeto no identificado. Esta triste estampa es la protagonista de una de las fotos finalistas del “The Wildlife Photojournalist Award” 2017 cuyo autor, Justin Hoffman, captó en la costa de isla Sumbawa, Indonesia.
La buena noticia es la reacción y movilización a la que estamos asistiendo por parte de la comunidad internacional y de todos los grupos de interés involucrados en la cadena de valor de los plásticos. A escala global, los Objetivos de Desarrollo Sostenible ya consideran en su Objetivo 14 la protección y conservación de los océanos.
Economía Circular
A nivel europeo, en 2015, la Comisión Europea lanzaba el Paquete de medidas de Economía Circular, donde se identificaban los plásticos como uno de los sectores prioritarios para avanzar hacia el nuevo modelo económico circular. Además, la Comisión se comprometía a trabajar en una estrategia que abordara los retos planteados a lo largo de la cadena de valor de los plásticos y en todo su ciclo de vida. En 2017, la Comisión confirmaba que se centraría en la optimización en la producción y el uso de los plásticos y que focalizaría los esfuerzos en garantizar que todos los envases plásticos sean reciclables para 2030.
En este contexto, el pasado 16 de enero de 2018 la Comisión Europea publicó la Estrategia Europea de plásticos, en la que propone una serie de actuaciones enfocadas a los distintos grupos de interés para conseguir el cambio disruptivo necesario en la industria del plástico que permita reducir la generación de residuos, aumentar la tasa de reciclaje y su reutilización.
Esta estrategia no sólo tendrá un impacto positivo para el planeta, sino que contribuirá a la competitividad de la economía, y, por ende, del sector empresarial. Según datos de Ellen Mc Arthur Foundation, se estaría perdiendo el 95% del valor de los envases plásticos (entre 70.000 y 105.000 millones de euros anuales) con el formato de un solo uso, por lo que es clave incentivar el reciclaje para alargar la vida útil de los plásticos. Además, esta Estrategia permitirá que el reciclaje sea rentable para las empresas, gracias a la puesta en marcha de medidas sobre el envasado que mejoren la reciclabilidad de los plásticos, y así poder aumentar la demanda de plásticos reciclados (actualmente es tan sólo del 6%).
Además, la Estrategia fomentará la inversión y la innovación empresarial para el cumplimento de los objetivos con una asignación adicional de 100 millones de euros para el desarrollo de materiales plásticos más inteligentes y fáciles de reciclar, hacer que los procesos de reciclaje sean más eficientes, y controlar y supervisar las sustancias nocivas y los contaminantes de los plásticos reciclados.
Ya hay muchas empresas que están avanzando en la gestión de sus residuos plásticos como una oportunidad de negocio y de innovación. La iniciativa New Plastic Economy lanzada por Ellen McArthur Foundation, presentó en el encuentro del WEF celebrado en Davos el pasado mes de enero el compromiso de 11 organizaciones líderes (Amcor, Ecover, evian, L’Oréal, Mars, M&S, PepsiCo, The Coca-Cola Company, Unilever, Walmart y Werner & Mertz) de utilizar el 100% de sus envases plásticos reciclables, reutilizables o compostables para el año 2025.
Desde Forética tenemos el firme compromiso de acompañar a las empresas hacia un modelo de economía circular a través del Grupo de Acción de Economía Circular, y en colaboración con la Iniciativa Factor 10 del WBCSD, considerando los sectores prioritarios para permitir la transición. Sin duda, la gestión responsable de los plásticos será una de las acciones más relevantes que las empresas tendrán que llevar a cabo para mejorar su competitividad, conservar el medio ambiente y evitar que en el largo plazo tengamos el riesgo de tener más plásticos que peces en nuestros océanos.