Cuando hablamos de invertir en sostenibilidad siempre es buen momento. Pero, si hay un momento decisivo, es ahora.
La inversión socialmente responsable ha ido ganando fuerza durante los últimos años, y en estos momentos está viviendo una intensa aceleración.
¿Qué es lo que nos lleva a esta situación? Podemos destacar tres cambios de tendencia que han convertido a la ISR en una práctica cada vez más general y menos de nicho:
1.- Estamos en la transición de un mercado ciego hacia un mercado transparente. Hace no muchos años era muy poco lo que sabíamos acerca de las compañías, más allá de su flujo de caja o su rentabilidad por dividendo. Aunque muchas empresas venían publicando memorias de sostenibilidad, la información no llegaba a ser útil para la toma de decisiones de inversión. Hoy conocemos los impactos sociales y ambientales de cientos de miles de proyectos de inversión. Una gran parte del universo cotizado ya tiene un rating de sostenibilidad. Incluso el grado de sofisticación de los ratings se incrementado hasta llegar a los propios vehículos de inversión –como fondos de inversión, planes de pensiones o ETFs-, de manera que hoy un inversor o un ahorrador, pueden ver el grado de sostenibilidad de sus carteras.
2.- La segunda transición tiene que ver con el ecosistema de soporte de la ISR. Hace 10 años, Spainsif, el foro español de inversión socialmente responsable que acaba de celebrar su evento anual, ni siquiera existía. Hoy tiene 58 socios que juntos gestionan, promueven o ayudan a gestionar más de 100.000 millones de euros (1) con criterios de responsabilidad social y ambiental dentro de España. A esta cifra debemos sumarle el volumen y la riqueza de las gestoras internacionales que amplían de manera creciente la oferta de la ISR en España. Reguladores y supervisores -como la CNMV y la Dirección General de Seguros- han ido emitiendo recomendaciones y marcos de reporte para el desarrollo de la Sostenibilidad de las empresas y de los vehículos de inversión. Por último, el derecho comunitario ha ido incrementando el marco normativo. El 1 de enero entra en vigor la directiva de trasparencia extrafinanciera, y detrás de ella vienen dos nuevas propuestas de directiva –la de involucración a largo plazo de los accionistas y la de fiscalidad
3.- El tercer cambio de tendencia, quizá el más importante de los tres, es que hemos pasado de un mercado movido por la fe a un mercado movido por la convicción racional basada en hechos empíricos. Los que hace más de diez años empezamos a trabajar en favor de la ISR lo hacíamos –seamos sinceros- basados en la intuición y sin demasiado dato que lo soportara. Hoy tenemos una gran abundancia de información sobre la contribución de la inversión sostenible a la generación y preservación de valor.
En este sentido, me gustaría terminar con una reflexión sobre por qué es el momento de acelerar la inversión sostenible. Estamos ante una coyuntura en la que nuestra brújula de medición de riesgo está desimantada. Lo que en los libros de texto estudiábamos como tipos libres de riesgo se han desdibujado en los últimos años. 1/3 del mercado de bonos está en territorio negativo. Es decir, los compradores de esos bonos van a soportar una pérdida a vencimiento con un 100% de probabilidad. Si esto es así, ¿por qué no canalizar ese apetito inversor hacia proyectos que van a tener un impacto en nuestras carteras con un 100% de probabilidad?
Vivimos en un planeta sediento de infraestructuras para la energía, agua y comunicaciones, no solamente en los países de vías de desarrollo. Invirtamos en ellas. Por otro lado, estamos en plena transición hacia un cambio climático. De nosotros depende frenarlo y mitigar sus consecuencias. Invirtamos en tecnologías que nos ayuden. Otros grandes temas de inversión sostenible, como son la movilidad sostenible, ciudades inteligentes o modelos de desarrollo económico inclusivo están más en auge que nunca.
En definitiva, antes el riesgo era invertir en un producto sostenible porque no se sabía bien qué iba a pasar. Ahora, cuando se sabe bien qué va a pasar, el riesgo es no invertir en un producto sostenible.
(1) En unas semanas conoceremos las cifras exactas cuando se presente el estudio de Spainsif sobre el estado de la ISR en España.