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Habilidades STEM, soft skills y el futuro del trabajo

Este artículo es el primero de una serie de textos divulgativos que desde Forética se publicarán con el objetivo de profundizar en los aspectos éticos, sociales y ambientales de la transformación tecnológica, dar a conocer los retos y oportunidades que ofrece el futuro del trabajo y analizar cómo las empresas líderes  incorporan la tecnología, considerando en sus decisiones criterios éticos y maximizando los impactos positivos, tanto ambientales como sociales. Unos textos que se enmarcan dentro del proyecto Enterprise 2020. Futuro del trabajo

 

Manejar una impresora 3D. Colaborar con una inteligencia artificial. Aprovechar el potencial del análisis de big data. Dirigir un equipo formado por humanos y robots. Trabajar en un ecosistema móvil e interconectado. La tecnología, clave en la cuarta revolución industrial, está cada vez más presente en el entorno laboral. En el futuro cercano, impactará en el 100% de los empleos. La formación y las habilidades serán dos piezas clave en el encaje de las personas en este futuro tecnológico.

¿Qué son las habilidades STEM o STEAM?

Si la industria y el trabajo van a ser cada vez más tecnológicos, parece evidente que las habilidades más demandas sigan también ese camino. Según el World Economic Forum, las habilidades científicas, tecnológicas, ingenieriles y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) son el eje de la cuarta revolución industrial. Si a estos cuatro pilares les añadimos las habilidades artísticas, tenemos el término STEAM.

La fluidez digital y las habilidades STEM son importantes para prosperar en un entorno laboral y una sociedad modernos. De hecho, la mayoría de los trabajos del futuro exigirán una comprensión básica de matemáticas y ciencias. Además, estas habilidades son clave para impulsar la economía digital y reforzar la innovación en todos los sectores de la sociedad.

“STEM es una palabra de moda para el desarrollo económico y el crecimiento, que se cita habitualmente como solución para preparar a los jóvenes para el empleo, apoyar la mano de obra local y promover la innovación y el desarrollo”, señala Jeroo Billimoria, fundadora de Child and Young Financial Internacional, en  «Is STEM education all it´s cracked up to be?«. Sin embargo, explica, centrarse demasiado en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas también tiene sus riesgos. Quizá las habilidades STEM no sea todo lo que necesiten los trabajadores del futuro.

Demanda de nuevas habilidades

La tecnología, hoy, es tremendamente eficiente en tareas concretas. Un cerebro humano jamás podrá vencer a una IA programada para analizar datos. Pero hay otras habilidades que, por el momento, siguen siendo eminentemente humanas. La transversalidad y una visión amplia y completa del mundo, por ejemplo, son fundamentales a la hora de solucionar problemas. Y son habilidades que todavía están lejos de las capacidades de las máquinas.

En los últimos años, se ha señalado desde varias instituciones la importancia de apostar por las habilidades blandas o soft skills de los trabajadores. No solo eso, sino que la demanda por parte de las empresas también ha aumentado. Según el Foro Económico Mundial, las competencias básicas más necesitadas en el siglo XXI incluyen soft skills como la resolución de problemas complejos, el pensamiento crítico, la creatividad, la colaboración, la inteligencia emocional, la toma de decisiones, las capacidades de negociación y la flexibilidad cognitiva.

Estas son habilidades que se desarrollan, sobre todo, en edades tempranas, por lo que el papel del sistema educativo a la hora de fomentarlas es importante. Así, no solo deberíamos estar hablando de cómo reforzar los conocimientos de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas. Sino sobre cómo hacerlo mientras se potencian las habilidades transversales del cerebro humano.

“Necesitamos desafiar la lógica de las tareas didácticas y las tareas para los más pequeños en casa”, explica Mirjam Schöning, directora del programa Learning through Play in Early Childhood de The Lego Foundation en este artículo. “La capacidad natural de los niños para aprender a través del juego puede ser el secreto mejor guardado para abordar la agenda de habilidades futuras”.

STEM, soft y el futuro del trabajo

Hoy por hoy, de media, el 81% de las tareas de gestión y coordinación en una empresa las desarrollan personas. En tan solo cuatro años, el 29% será llevado a cabo por máquinas. Hoy, el 47% del trabajo de procesado de información y datos ya lo hacen ordenadores. Y en 2022 será el 62%. Los datos y los pronósticos, del informe The Future of Jobs 2018 del World Economic Forum, señalan una tendencia clara: el entorno laboral está cambiando a marchas forzadas.

Los perfiles que está empezando a demandar el mercado de trabajo poco tienen que ver con los que solicitaba hace solo diez años. Data scientist, especialistas en inteligencia artificial y machine learning, expertos en automatización de procesos o ingenieros especializados en robótica son solo algunos de los ejemplos. Las profesiones STEM van a ser las más demandadas en los próximos años, creciendo anualmente un 14% hasta 2020, según el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional.

De la misma manera, cambia la demanda de habilidades en el entorno laboral. La capacidad de resolver problemas complejos, el pensamiento crítico y la creatividad son las más solicitadas. De esta manera, el equilibrio entre conocimientos STEM sólidos y competencias transversales marca el futuro del trabajo.

“El potencial de crecimiento de la nueva revolución tecnológica se ve frenado por la falta de capacidades multidimensionales en los mercados laborales locales y globales, y entre los líderes de las empresas. La falta de habilidades en el mercado laboral es una de las barreras más importantes para la adopción tecnológica en multitud de industrias”, señala el informe The Future of Jobs 2018. De hecho, se estima que el 50% de los trabajadores necesitará reciclarse y readaptarse en los próximos años.

Afrontar este reto es un trabajo conjunto de empresas, comunidad educativa y Administración Pública. Por ello desde Forética, a través de nuestro proyecto Enterprise 2020. Futuro del Trabajo, estamos buscando las empresas líderes que incorporan buscan impulsar la empleabilidad joven y lograr un vínculo entre la educación y las necesidades empresariales.

El papel de las empresas

El rol de los sistemas educativos en fomentar las habilidades STEM y las soft skills es innegable. Pero no es menos cierto que las propias empresas juegan un papel importante tanto a la hora de fomentarlas como de integrarlas en su estructura. Tras detectar la falta de profesionales con habilidades técnicas concretas y soft skills en Estados Unidos, IBM lanzó a principios de este año un programa piloto de formación y empleo. Un programa centrado en capacidades STEM y habilidades transversales que ya se plantean lanzar en otros mercados.

En España, Microsoft y Lego Education Robotix han firmado recientemente un acuerdo para promover las habilidades STEM en los colegios con especial atención a la programación, la robótica y la cultura maker, combinando conocimientos científicos y enseñanza aplicada. E iniciativas como el Human Age Institute de Manpower Group buscan la integración de estas habilidades en las empresas, transformando el talento en un factor de competitividad y un agente de innovación y crecimiento económico. Un impulso que se hace también desde Reale Seguros, a través de su apoyo a proyectos como Deploy Your Talents.

La industria y el trabajo atraviesan una nueva revolución. La tecnología es la palanca de cambio. La demanda de conocimientos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como las habilidades blandas, son su consecuencia. Reconocer estas nuevas necesidades es clave para canalizar los cambios y construir mercados laborales más fuertes y sociedades más innovadoras. Para las empresas, significa además mantener su competitividad y retener el mejor talento.

 

Artículo con la colaboración de Juan F. Samaniego

Equipo de Enterprise 2020. Futuro del Trabajo:

  • Germán Granda, Director General de Forética
  • Raquel Canales, Project Manager de Forética
  • Nuria Combrado, Responsable de Comunicación de Forética
  • Ricardo Trujillo, Senior Manager de Forética

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