Seguimos inmersos en un contexto de extrema dificultad en el que, a la incertidumbre e inestabilidad económica, social y geopolítica se han sumado nuevas crisis y graves conflictos.

Pero además nos estamos enfrentando a uno de los mayores retos como humanidad con fenómenos como la aceleración y expansión de la inteligencia artificial generativa y la implantación de nuevas tecnologías disruptivas que están impactando rápidamente en todos los sectores y campos de la actividad humana, incluidos los medios de comunicación.

Esta revolución digital está provocando cambios profundos que pueden producir temor ya que nos adentramos en terrenos desconocidos, y requiere de un esfuerzo conjunto para garantizar que su despliegue se haga de una manera ética, responsable, que evite el incremento de las desigualdades, la reproducción de los sesgos y sobre todo que ponga al ser humano en el centro.

El presidente de EE. UU. ha presentado recientemente una orden ejecutiva utilizada en tiempos de guerra para mitigar los riesgos de la IA de forma urgente. Ya en julio reunió a las grandes tecnológicas para obtener una serie de compromisos “voluntarios” con vistas a un desarrollo seguro y transparente de dicha tecnología y velar por la seguridad nacional, la seguridad económica y la salud pública. En el arranque de la cumbre en Bletchley Park en el Reino Unido, los líderes mundiales, incluida EE. UU. y China, han firmado una declaración conjunta en esta misma línea. Está claro que hay preocupación y urgencia. Porque no es menor lo que está en juego, no podemos llegar 10 años tarde con la regulación, como ha ocurrido con las redes sociales, que han llevado a que más de 40 estados de EE. UU. tanto gobernados por republicanos como por demócratas a demandar a varias redes sociales y a Meta responsabilizándolas de una CRISIS NACIONAL de SALUD MENTAL en EE. UU. entre los más jóvenes.

No somos tecnófobos, al contrario, somos tecnófilos. Creemos en la tecnología como un elemento fundamental de progreso y creemos en las grandes oportunidades que la IA puede traer en áreas como la educación, la sanidad, la prevención de riesgos climáticos, pero también son muchos sus riesgos.

El problema más apremiante de la IA no es que vaya a transformar nuestra forma de trabajar o destruya empleos, o que pueda cambiar el curso de una guerra o iniciar una nueva si no lo más apremiante es que puede destruir la confianza humana. Nos puede llevar a un mundo donde no se pueda distinguir la verdad de la falsedad. A no saber en quién confiar. Se destruye el testimonio y la evidencia. La confianza resulta ser una de las características más importantes de la civilización y corremos un gran riesgo de destruir los vínculos que la han hecho posible.

Porque esa confianza, que ha sido siempre el eje vertebrador de la sociedad, representa hoy más que nunca el mayor tesoro que debemos proteger y cuidar entre todos. Porque la confianza es una especie en peligro de extinción y porque una sociedad que no confía en sus instituciones no confía tampoco en sí misma y por tanto es una sociedad sin futuro.

Para un grupo de comunicación líder, responsable y comprometido con su tiempo como es Atresmedia, la confianza representa al mismo tiempo nuestra materia prima más importante y el producto más valioso que devolvemos a la sociedad. Por eso, en momentos tan decisivos como los actuales y que representan una auténtica prueba de estrés para todos los medios de comunicación, tenemos hoy la obligación de asegurar más que nunca la propia supervivencia de esa confianza.

En Atresmedia abrazamos la inteligencia artificial con el mismo nivel de entusiasmo y de responsabilidad con el que llevamos más de 33 años incorporando las últimas tecnologías que la revolución digital nos ha ido ofreciendo, pero con espíritu crítico,  poniendo en el centro a las personas y no al revés y protegiendo de manera especial los derechos de propiedad intelectual, la protección de datos personales, el derecho a la privacidad, y participando activamente en la defensa colectiva de la propia democracia.

Por eso en Atresmedia creemos firmemente en la necesidad de construir un futuro en el que la tecnología y la humanidad coexistan en armonía.  

Y por ello hoy más que nunca la comunicación y la creatividad ejercidas de manera responsable, la empatía, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la resolución de conflictos, y en general todas las competencias y habilidades que tenemos como humanos y que nos diferencian de las máquinas, son imprescindibles. En la era de la inteligencia artificial las personas somos imprescindibles.

Ante la creciente proliferación de información falsa y la pérdida de confianza ante la información veraz que este fenómeno está provocando, combatir la desinformación es justamente uno de los compromisos de Atresmedia con la sociedad.

Atresmedia es el grupo de comunicación líder en nuestro país en información y entretenimiento. Más de 20 millones de personas elijen diariamente contactar con alguna de las marcas que componen Atresmedia (Antena 3, La Sexta, Onda Cero…) y confían en nosotros.

Somos plenamente conscientes de la influencia que ejercemos, de la responsabilidad que esto conlleva y por eso nuestro principal compromiso con la sociedad es informarla con rigor y veracidad, verificando siempre los hechos, y entretenerla con contenido saludable y respetuoso. Eso es hacer medios de comunicación sostenibles socialmente.

Estos son los valores que nos inspiran, que nos diferencian, y que están presentes en todas nuestras operaciones y en toda nuestra organización

Y son los valores sobre los que construimos nuestro propósito corporativo que no es otro que generar reflexión y emoción para crear una comunidad con valores compartidos que preserven el bien común.