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AI on ESG

La Inteligencia Artificial como motor de innovación y cambio sostenible

Por Alberto Granados
Presidente de Forética | Presidente de Microsoft España

Es crítica la definición de un modelo de IA responsable que garantice seis principios fundamentales en su desarrollo: equidad, fiabilidad, inclusión, seguridad y privacidad, transparencia y responsabilidad.

La historia ofrece una lección importante y repetida sobre la promesa y el desafío de las nuevas tecnologías. Desde la invención de la imprenta en torno a 1450 por el orfebre alemán Johannes Gutenberg, las sociedades se han enfrentado a la necesidad de decidir si aceptan o rechazan nuevas invenciones. A partir de la segunda mitad del siglo XIV, Europa adoptó masivamente la imprenta, mientras que el Imperio Otomano la prohibió en su territorio. Apenas medio siglo después, hacia el año 1500, los ciudadanos de los Países Bajos leían más libros per cápita que cualquier otra persona en el mundo. No es una coincidencia que la pequeña nación pronto se situara a la vanguardia de la innovación económica a escala global, disfrutando de una ventaja competitiva única para difundir el conocimiento y la cultura en nuestro continente.

Como en 1450, nos encontramos en un “momento Gutenberg”. La inteligencia artificial está transformando los negocios, el modelo de trabajo y la vida de las personas en general, eliminado tareas repetitivas, ayudando a encontrar información, promoviendo la creatividad, aumentando la productividad e impulsando el crecimiento económico. Según un reciente análisis de McKinsey, el potencial económico de la Inteligencia Artificial podría estar entre 17 y 26,6 billones de dólares; sólo la adopción generalizada de la Inteligencia Artificial Generativa podría añadir entre 2,6 y 4,4 billones de dólares anuales a la economía global, gracias a las ganancias de productividad que las empresas podrían obtener. De hecho, este incremento podría alcanzar los 3,3 puntos porcentuales.

La IA Generativa, y lo que llamamos modelos de lenguaje a gran escala o lenguajes fundacionales como GPT-4, suponen un salto significativo en las capacidades e impacto de la Inteligencia Artificial, y abren dilemas en áreas tan relevantes como las ciencias en general, la medicina en particular, o la educación.  El desarrollo y uso responsable de la Inteligencia Artificial es fundamental porque estas tecnologías tienen una enorme repercusión en la sostenibilidad medioambiental, la sociedad y la gobernanza de las organizaciones.

Por ello, es crítica la definición de un modelo de IA responsable que garantice seis principios fundamentales en su desarrollo: equidad, fiabilidad, inclusión, seguridad y privacidad, transparencia y responsabilidad.

El impacto de la IA

Existen ya numerosos ejemplos en España de aplicación de la IA por parte de empresas y administraciones públicas para optimizar procesos internos, mejorar la experiencia de cliente y los servicios al ciudadano, potenciar a los trabajadores y desarrollar nuevos servicios digitales, pero la Inteligencia Artificial también se está aplicando en áreas que están suponiendo mejoras importantes para la vida de las personas.

Un ejemplo claro del impacto de la Inteligencia Artificial es el acuerdo de colaboración entre la Comunidad de Madrid, Fundación 29 y Microsoft, cuyo fruto inicial -primero de este tipo en España y en todo el mundo- es una aplicación web que, como proyecto piloto, ya es accesible desde los centros de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. Gracias a ella, los facultativos podrán mejorar sus capacidades y diagnosticar, de forma más precisa y rápida, a pacientes con enfermedades raras, agilizando su derivación a los especialistas adecuados para un correcto tratamiento. Esta solución se basa en el modelo de lenguaje de Inteligencia Artificial de OpenAI, GPT-4, sobre Azure OpenAI Service de Microsoft y cuenta con todos los estándares de seguridad y desarrollo ético.

Es muy interesante la aplicación de tecnologías de Inteligencia Artificial que está desarrollando Quibim, una startup valenciana que utiliza algoritmos de IA en Azure para realizar imágenes de pruebas diagnósticas en oncología, logrando reducir hasta en un 80% el tiempo de interpretación por parte del médico y detectando a los usuarios que mejor responderán a una terapia concreta. El objetivo de esta compañía es crear un gemelo digital humano que ayude a la prevención y diagnóstico del cáncer. 

La Inteligencia Artificial también se está utilizando para mejorar la inclusión de las personas con discapacidad. En este sentido, el Grupo Social ONCE ha colaborado con Microsoft en la traducción al español y la evaluación de Seeing AI, una app gratuita que facilita el reconocimiento y descripción del entorno a personas ciegas mediante la audio-descripción de personas, objetos y textos.

En el campo de la sostenibilidad medioambiental, Microsoft colabora con la startup Mitiga Solutions en el desarrollo de soluciones tecnológicas para la predicción y gestión de los efectos que ocasiona el cambio climático mediante el uso de soluciones HPC (High Performance Computing – Computación de Alto Rendimiento) e Inteligencia Artificial. Entre sus proyectos se incluyen la monitorización de incendios forestales y el análisis de sus efectos, teniendo en cuenta el impacto de factores en tiempo real como la topografía y la dirección del viento, así como la variabilidad climática.

Y seguimos avanzando en la aplicación de la IA en campos como el de la investigación en química y ciencias de materiales, con soluciones como Azure Quantum Elements, para permitir a los investigadores modelar con precisión las moléculas más complejas, a través de la computación de alto rendimiento (HPC) de Azure y la velocidad de la IA -una tarea que las computadoras clásicas más grandes no podrían resolver-. Esta tecnología de supercomputación cuántica e Inteligencia Artificial podrá ser utilizada en el futuro por las empresas para ejecutar simulaciones con una precisión sin precedentes.

El desarrollo de una IA Responsable

Escenarios de uso de la IA relacionados con las ESG hay muchos y habrá infinitos. Sin embargo, aún son numerosas las preguntas que surgen alrededor del uso de estas tecnologías. Cuestiones como la protección de la propiedad intelectual, el futuro de la creación artística, el impacto en el empleo y en el modelo de trabajo, o la transformación de la educación son sólo algunos de cambios que suponen el uso de la IA sobre los que debemos reflexionar como sociedad.

En Microsoft, estamos creando un programa de garantía de IA para asegurar que las aplicaciones de IA que se implementen en nuestras plataformas cumplen con los requisitos legales y regulatorios de una IA responsable. El compromiso es ayudar a nuestros clientes a implantar sus propios sistemas de IA, siguiendo el estándar, y también desarrollar programas para nuestro ecosistema de partners de cara a lograr este objetivo.

También es importante resaltar, desde el punto de vista ético, dos temas fundamentales: que los datos que utilizan los clientes de la nube de Azure son exclusivamente suyos y no se utilizan para entrenar otros modelos de IA; y que están protegidos siguiendo las más estrictas normativas de privacidad y protección del copyright.

El análisis del impacto de la Inteligencia Artificial Generativa en los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza no es un ámbito en el que se pueda trabajar de forma aislada. Por tanto, desde Microsoft, como empresa motora, estamos colaborando con clientes, partners, instituciones gubernamentales y no gubernamentales -como, por ejemplo, con la UNESCO, y, por supuesto desde Forética– para asegurar la aplicación de una IA Responsable.

Como apuntaba al principio, nos encontramos en un momento de disrupción que va a transformar profundamente la economía y la sociedad. No debemos olvidar la lección que nos ofrece la historia y, como en 1450, tenemos que aprovechar este “momento Gutenberg” para asegurar que la Inteligencia Artificial se desarrolle de forma responsable y genere un impacto positivo en el progreso de la humanidad.

Alberto Granados, Presidente de Forética y Presidente de Microsoft España

Como presidente de Microsoft España desde julio de 2021, lidera un equipo de más de mil profesionales enfocado en ayudar a las empresas y organismos públicos españoles en sus proyectos de transformación digital e innovación sostenible. Además, actualmente también es presidente de Forética, la organización líder en materia de sostenibilidad empresarial en España.